El torero sevillano Juan Ortega ha reivindicado su verdadera fama como matador después de varios meses de controversia mediática. Ortega, que salió a hombros tras cortar dos orejas al quinto toro en la feria de Valdemorillo, demostró su destreza y habilidad dentro del ruedo. La faena estuvo plagada de momentos de gran estética y profundidad, atrayendo la atención de miles de aficionados que llenaron la plaza del pueblo serrano.

El toro que le ayudó a destacar fue un fino castaño chorreado de la corrida de Cuvillo, que derrochó clase y profundidad en sus embestidas. A pesar de algunas desigualdades en la faena, Ortega mantuvo la atención del público con su tensión estética y su destreza. El momento más destacado llegó al natural, en el mejor pitón del toro, propiciando una unánime petición de las dos orejas.

El resto de la corrida tuvo menos brillo, con actuaciones menos destacadas por parte de Ginés Marín y Alejandro Talavante. A pesar de las deslucidas actuaciones, el ambiente festivo estuvo presente en la plaza de Valdemorillo, con un lleno de 'no hay billetes' de 5.000 espectadores.

En resumen, Juan Ortega reivindica su alta dimensión artística en la feria de Valdemorillo, alejándose de la polémica mediática y demostrando su auténtico talento como torero. Su destacada actuación, cortando dos orejas al quinto toro, ha sido el centro de atención en este evento taurino.