La victoria de Japón ante Canadá selló el billete para las jugadoras de Miguel Méndez, que acudirán a su tercera cita olímpica consecutiva. Después, eliminaron a las locales, con las que perdían por 22 en el tercer cuarto (73-72). Por tercera vez consecutiva, por sexta en su historia desde su debut en Barcelona 92, la selección femenina de baloncesto disputará los Juegos Olímpicos. Será en Lille y París en unos meses, con la elite mundial (sólo las 12 mejores) a la que pertenecen desde hace décadas, aunque por el camino también duelan los reveses, los que después la impulsan: tras perderse el último Mundial, España 'se vengó' conquistando la plata europea en el pasado Eurobasket. El equipo de Miguel Méndez evitó el drama en el torneo que suponía el debut de la nacionalizada Megan Gustafson.

Lo que iba a ser una final en Sopron contra la anfitriona Hungría fue un alivio. Media hora antes, la victoria de Japón ante Canadá (82-86) selló el billete olímpico, ese que se complicó el primer día del torneo, con la derrota ante las japonesas y sus 15 triples. Finalmente, fue el triunfo del viernes ante las canadienses del español Víctor Lapeña (55-60) el que hiciera que la selección estuviera matemáticamente entre las tres primeras del grupo del Preolímpico. Una vez cumplido el objetivo, España lo celebró con una ración de su épica habitual.

Ante Hungría, que se jugaba la vida, protagonizó una remontada espectacular: caía por 22 mediado el tercer acto y acabó eliminando a las anfitrionas (y dando el pase a Lapeña y sus canadienses). En un partido en el que no participó Cristina Ouviña-, la selección pareció bajar las revoluciones. Tras un buen arranque (14-8), desapareció en el segundo acto, silenciada por el empuje de la base Agnes Studer y de Vigan Kiss.

Al descanso, las españolas se fueron con una losa (27-46) y un buen problema defensivo. A la selección le costó espabilar a la vuelta de vestuarios, pero lo intentó con el liderazgo y los puntos de María Conde. Poco a poco fue encontrándose, apretando el acelerador y jugando con los nervios de las locales: era el preludio de una gesta de las suyas. Un 13-0 al comienzo del acto final, con puntos a la carrera, la arrimó al máximo (63-64). Más tensión todavía con un triple de Conde a falta de 1:20 y dos tiros libres de Mariona Ortiz para culminar la remontada a falta de 52 segundos (73-72). En la recta de meta, ya fuera de sí las húngaras, presas del pánico de vislumbrar el adiós, ni siquiera consiguieron anotar y en esa ensalada de errores, España se llevó el triunfo con Maite Cazorla y María Conde como jugadoras más destacadas.