El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha intentado reiteradamente fortalecer las relaciones con Argelia y Marruecos, países estratégicos para España. Sin embargo, la reciente cancelación de su visita a Argel evidencia las dificultades para alcanzar una relación equitativa con estos vecinos del norte de África. A pesar de la voluntad política española, la influencia de Argelia y Marruecos en las negociaciones queda patente, mostrando que tienen el control en sus tratos con España.

La cancelación del viaje de Albares a Argelia, acordado inicialmente como parte de las negociaciones diplomáticas, refleja la complejidad de las relaciones bilaterales. Mientras tanto, la llegada masiva de inmigrantes procedentes de Marruecos a las playas de Ceuta sugiere una posible respuesta del país vecino a los acercamientos de España con Argelia. Estos eventos muestran la delicada posición de España en sus intentos por equilibrar sus relaciones con Argelia y Marruecos.

A pesar de los esfuerzos por reactivar las relaciones, tanto Argelia como Marruecos han demostrado su capacidad para marcar la agenda en las negociaciones con España. La situación se complica aún más por la suspensión de tratados y acuerdos comerciales, lo que resalta la influencia de estos países en la política exterior española. Mientras las autoridades españolas buscan reanudar los vínculos, la decisión sobre el progreso de las relaciones sigue estando en manos de Argelia y Marruecos.

A pesar de los obstáculos, fuentes diplomáticas mantienen la esperanza de organizar futuras visitas y encuentros para avanzar en la normalización de las relaciones. Sin embargo, la situación actual indica que la voluntad política de España no es suficiente para establecer una relación equitativa con Argelia y Marruecos. Mientras tanto, España sigue enfrentando desafíos para lograr una resolución satisfactoria en un contexto donde sus vecinos del norte de África juegan un papel determinante en su política exterior.