La 38ª ceremonia de los premios Goya, realizada en la Feria de Valladolid, ha sido escenario de un contundente rechazo por parte de nominados e invitados hacia las críticas vertidas por representantes de Vox, quienes acusaron al sector cinematográfico de ser 'subvencionados'. Los asistentes han defendido la labor de los trabajadores del cine, subrayando que no son 'señoritos', como afirmó el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo.

El ministro de Cultura, Ernest Urtarsun, ha refutado las declaraciones de García-Gallardo, destacando que en la industria del cine no hay 'señoritos', sino trabajadores que son un 'orgullo para el país'. Asimismo, la directora de cine Isabel Coixet ha enfatizado su origen humilde y su esfuerzo personal, desvinculándose de la etiqueta de 'señorita' utilizada por el representante de Vox.

Diversas personalidades del cine, como Javier Calvo, Enric Auquer y Xoel López, han manifestado que la presencia de Vox en la Gala de los Goya debería servir para desmontar la percepción de que el sector es subvencionado. No obstante, otros asistentes, como María Zamora y Carla Simón, han expresado su rechazo a saludar a representantes de Vox, defendiendo la pluralidad de opiniones en el evento.

Entre opiniones encontradas, figuras importantes del cine español, como José Coronado, Ana Torrent, Ernesto Alterio y José Sacristán, han restado importancia a las críticas de Vox, llamando a no darles relevancia. Otros, como el equipo de 'Robot Dreams' y el guitarrista Guille Galván, han abogado por aprovechar la oportunidad de la presencia de Vox para generar un mayor entendimiento y respeto mutuo.