María Bas, a sus 56 años, sorprendió al ganar el Benidorm Fest con su canción 'Zorra', un relato valiente sobre las veces que fue insultada. Con esto, inicia una batalla por resignificar una palabra que hoy empieza a doler menos. La música se convierte en una herramienta que fortalece el feminismo en retransmisiones de grandes audiencias, siendo un símbolo de empoderamiento y un agente transformador e identitario.

El éxito de 'Zorra' ha enfrentado reacciones antifeministas y ha despertado una creciente marea de sororidad en la industria. Aunque pocas cantantes se atreven a hablar sin tapujos en sus composiciones, la canción demuestra la capacidad del arte como agente transformador. La libertad de expresión en la música ha sido limitada por la corrección política, pero proyectos independientes han abierto paso a la verdad y la rebelión.

Resignificar un insulto es un desafío titánico que enfrenta estigmas y tabúes en una sociedad patriarcal. El cambio lingüístico y la evolución social son fundamentales para consolidar la reapropiación de términos peyorativos. A pesar de resistencias, el éxito de 'Zorra' en el Benidorm Fest destaca el impacto que canciones como esta pueden tener en las nuevas generaciones, siendo crucial para consolidar la reapropiación.

El triunfo de 'Zorra' va más allá de lo estrictamente musical, acumulando millones de reproducciones. Aunque la canción representa experiencias y emociona, es importante no sobrecargarla de representatividad. Nebulossa no fue seleccionada para hacer la gracia en Eurovisión, sino para impulsar un cambio inexcusable a través de su música.