Paola Roldán, enferma de ELA y de 42 años, inició una cruzada por la despenalización de la eutanasia en Ecuador, apoyada por su familia. Tras la sentencia favorable de la Corte Suprema, ha decidido seguir viviendo. 'La lucha por los derechos humanos nunca es un camino fácil. Hoy Ecuador es un país más acogedor, más libre y más digno', expresó Paola Roldán al conocer el veredicto. Con 7 votos a favor de 9, la Corte Suprema de Ecuador despenaliza la eutanasia, convirtiendo al país en el segundo en América Latina en hacerlo, después de Colombia.

Ecuador se une a otros países como España, Países Bajos, Portugal, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Nueva Zelanda y parte de Australia al aprobar la eutanasia. Tras la sentencia, el Ministerio de Salud tiene dos meses para establecer un protocolo bajo los parámetros marcados por la Corte. Además, el Parlamento debatirá una nueva ley sobre muerte digna, con la intención de que entre en vigor en menos de un año.

La sentencia tiene efecto inmediato y no solo beneficia a Paola, sino a otras personas en situaciones similares. Los magistrados señalaron que sería irrazonable obligar a alguien en esa condición a mantenerse con vida. La demanda de Paola argumentaba que el artículo 144 del Código Penal consideraba la eutanasia como homicidio, con pena de cárcel de 10 a 13 años. La jueza Carmen Corral se opuso, argumentando que la eutanasia promueve una 'cultura de la muerte' en lugar de una 'cultura de la vida'.

Aunque Paola había planificado la eutanasia en 15 días, tras la sentencia ha decidido continuar luchando por la vida para disfrutar de su hijo y su marido. La atención sobre su caso la ha convertido en una figura pública a través de las redes sociales. 'Han sido días de controversia, apoyo y cientos de mensajes de todo tipo', compartió Paola. Su valiente lucha despierta un profundo debate sobre la eutanasia y la muerte digna en Ecuador.