Las delegaciones de Israel y EE UU, junto a Qatar y Egipto, buscan impulsar un alto el fuego en la Franja de Gaza. Este es el resultado de días de conversaciones con los enviados de Hamás, donde la base de las negociaciones se centra en las seis semanas de cese de hostilidades propuestas por el presidente Joe Biden. La llegada a El Cairo de máximos responsables de los servicios secretos de Israel y Estados Unidos ha generado ciertas expectativas sobre la posibilidad de un nuevo alto el fuego en la guerra que asola Gaza.

La base de trabajo de las negociaciones es el anuncio del presidente de EE UU, Joe Biden, al avanzar que se podrían conseguir al menos seis semanas de cese de los ataques, lo cual abriría la puerta a nuevos canjes de rehenes por presos palestinos. La presión del principal aliado de Israel ha sido determinante, donde la rotunda negativa del primer ministro Benjamín Netanyahu a aceptar las exigencias de los islamistas ha dado paso a cierto optimismo.

Se celebra el éxito del rescate de dos secuestrados en una operación calificada de histórica, sin embargo, queda el reto de garantizar el retorno seguro de los 134 rehenes restantes. Las partes confirman avances y reuniones constructivas que generan cierto optimismo, sin revelar detalles sobre la negociación.

Las delegaciones buscan allanar el camino para un paréntesis en las hostilidades en medio de las dificultades de la situación humanitaria en Gaza. Mientras tanto, la negativa de la ONU a participar en movimientos forzosos de población y la insistencia de EE UU en el plan de evacuación desafían la viabilidad de incursiones militares. La presencia de más de un millón de desplazados y la incertidumbre sobre el rumbo de las negociaciones ponen a prueba las posibilidades de alcanzar un alto el fuego duradero.