Una investigación periodística ha revelado que la agencia europea de fronteras, Frontex, ha estado facilitando durante tres años las coordenadas de embarcaciones clandestinas a la guardia costera de Libia, a pesar de conocer las violaciones de derechos humanos que se producen en los centros de detención de migrantes. El medio Der Spiegel y el consorcio de periodistas Lighthouse Reports han evidenciado la magnitud de la colaboración de Frontex con las autoridades libias y su conocimiento interno de los abusos que enfrentan los migrantes interceptados. La información revelada pone de manifiesto la tolerancia de Frontex hacia las prácticas abusivas de la guardia costera libia.

Los informes recopilados por organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación han documentado la violencia ejercida por la guardia costera libia contra los migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo hacia la Unión Europea. Además, se ha reunido evidencia significativa de las violaciones de derechos humanos cometidas en los centros de detención libios. A pesar de estas evidencias, Frontex nunca ha condenado públicamente estas prácticas. Incluso algunos países europeos, como Italia y Malta, mantienen acuerdos de colaboración con las autoridades libias, lo que plantea interrogantes sobre la ética y la legitimidad de estas relaciones.

La colaboración entre Frontex y el Gobierno de Malta en el intercambio de coordenadas de embarcaciones de migrantes con la milicia Tariq Bin Ziyad, vinculada a la trata de seres humanos y crímenes de guerra, ha generado críticas y preocupación en la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior de la UE. Los informes de incidentes graves revelan casos de agresiones por parte de la guardia costera libia hacia los migrantes y evidencian que Frontex ha tenido conocimiento de ellos. Estos hallazgos cuestionan la legitimidad de la colaboración de la agencia europea con las autoridades libias.

Los requerimientos del responsable de derechos humanos de Frontex, Jonas Grimheden, de involucrar a la Agencia de la ONU para los refugiados y a la OIM en el seguimiento del destino de los migrantes devueltos a Libia no han sido aclarados por la agencia. La situación en el Mediterráneo continúa siendo preocupante, con una cantidad significativa de desapariciones y víctimas mortales anuales. La colaboración de Frontex con las autoridades libias plantea dilemas éticos y legales que requieren una profunda reflexión por parte de la Unión Europea y de la propia agencia de fronteras.