Fomento de la lectura en jóvenes

El papel de la familia y la escuela en el amor por los libros

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Susan Q Yin - Unsplash

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  • La importancia de la participación de padres y docentes en el fomento de la lectura.
  • El impacto positivo de la literatura en el desarrollo académico y personal de los jóvenes.
  • La necesidad de adaptar la educación literaria a los intereses y gustos de los estudiantes.
Los expertos resaltan la relevancia de la participación activa de las familias y los docentes en la transmisión y estímulo de la pasión por los libros, la cual florece en la niñez pero disminuye a partir de los 18 años. El entusiasmo del padre es apostar. El de la madre, el bingo. Mucho más apasionante, por supuesto, que pasar tiempo con su hija. No hay lugar para Matilda entre las prioridades familiares, ni mucho menos para la gran pasión de la niña: la lectura. A lo sumo, tantos libros solo merecen castigo. Una pérdida de tiempo, según ellos. Afortunadamente, tales padres son una invención de las páginas escritas, específicamente de la obra maestra de Roald Dahl de 1988. Sin embargo, en la vida real, el desenlace sería diferente. Desde hace tiempo se celebra el auge de la literatura infantil y juvenil, con estudios que señalan un incremento constante de jóvenes lectores.
Todos los expertos consultados coinciden en el papel fundamental del hogar y la escuela, es decir, de los adultos. ¿Aliados de la lectura? ¿Enemigos? Quizás ambos a la vez. El asunto está lleno de matices y preguntas abiertas, al igual que las mejores novelas. Incluso el punto de partida puede cuestionarse: ¿es positivo por sí solo leer en la infancia? “Se asocia a un mayor rendimiento y éxito académico; no obstante, debemos promover y reivindicar la lectura también por el mero placer que ofrece. Un niño que lee imagina mejor”, señala Paula Rivera Jurado, profesora del departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Cádiz.
“Aumenta la empatía, la creatividad y mejora las habilidades sociales, además de la comprensión lectora, la plasticidad cerebral...”, añade Xavier Mínguez López, desde el departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universitat de València. Según el reciente anuario de la editorial SM, el 83,7% de la población entre seis y nueve años lee libros en su tiempo libre de forma voluntaria, aumentando también la tasa entre adolescentes gracias al cómic, entre otras razones.
Sin embargo, a partir de los 18 años, crece la desafección hacia la lectura, reflejándose en un porcentaje general de lectores en España que ronda el 65%. Muchos se quejan de las lecturas obligatorias, sin encontrar un vínculo emocional con ellas. Por ello, algunos expertos reclaman la inclusión en las currículas de obras más cercanas a los intereses de los estudiantes, junto con los clásicos considerados imprescindibles. La promoción lectora debe impregnar la educación en todos los aspectos. Un maestro o un hogar apasionado por la lectura favorecen el contagio, pero se requiere dedicación, escucha, buena selección y formación, sugieren los entrevistados.

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