La inequidad de género en la elección de ciclos formativos de Formación Profesional es un desafío persistente en el sistema educativo. Aunque se ha avanzado en diversos aspectos, la brecha de género continúa siendo significativa en ciertos ámbitos. En ciclos como automoción, informática o electromecánica, es común encontrar aulas con escasa presencia femenina, mientras que en estudios de peluquería o educación infantil la presencia masculina es prácticamente nula. Este desequilibrio evidencia la falta de medidas suficientes para abordar esta disparidad.

Fabian Mohedano, presidente ejecutivo de la Agència de Formació i Qualificació Professionals de Catalunya, reconoce la falta de avances estratégicos para mitigar el sesgo de género en la Formación Profesional. Durante unas jornadas sobre el papel de la FP en la sociedad, subrayó la persistencia de aulas en las que solo hay estudiantes de un género. Además, se resaltó la importancia de aumentar la oferta formativa en sectores como el de la salud y la atención a las personas, así como de corresponsabilizar a las empresas en la formación de los jóvenes.

La falta de orientación vocacional fue también objeto de críticas durante el evento. Se destacó la necesidad de orientar a los estudiantes hacia ciclos formativos con buenas perspectivas laborales, evitando así una saturación en áreas con baja inserción laboral. La participación activa de las empresas en la formación de los estudiantes fue resaltada como fundamental para reducir el abandono escolar temprano y brindar oportunidades de prácticas a los jóvenes.

La directora general de Formación Profesional del Departament d'Educació, Mercè Chacón, enfatizó la importancia de ofrecer pasarelas que permitan a los estudiantes transitar entre diferentes ámbitos formativos a lo largo de su vida laboral. Destacó que cualquier ciclo formativo puede ser el punto de partida para una vocación y subrayó la necesidad de establecer vías de transición en distintas direcciones. En última instancia, se resaltó que la equidad de género en la elección de ciclos formativos es fundamental para impulsar una sociedad más justa e igualitaria.