La Conselleria de Educació de Cataluña ha dado un nuevo giro inesperado al decidir restablecer las pruebas orales de catalán, generando sorpresa y debate en el sistema educativo de la región. Tras haber aprobado recientemente la prohibición de los teléfonos móviles en los institutos catalanes, la Conselleria ha solicitado al Consejo Superior de Evaluación del Sistema Educativo (CSASE) que se mantenga la evaluación oral de catalán que había sido suspendida al inicio del presente curso.

La suspensión inicial de estas pruebas se había justificado por la sobrecarga de trabajo provocada por la implementación de nuevas pruebas diagnósticas en cuarto de primaria y segundo de ESO, según argumentó el departamento de educación. Sin embargo, la decisión de restablecer las pruebas orales ha generado desconcierto entre la comunidad educativa.

A pesar de la decisión de reactivar las pruebas orales, se ha anunciado que estas se llevarán a cabo de manera muestral en lugar de censal, con una muestra ampliada de 130 centros educativos de primaria y secundaria. Esta medida pretende aliviar la carga de evaluación en los centros y monitorizar el estado de la lengua catalana en el ámbito educativo.

Además, la consellera Anna Simó se ha comprometido a revisar los criterios de evaluación del sistema educativo y a mejorar el método de evaluación en las próximas pruebas, con el objetivo de hacer que las pruebas orales sean más compatibles con la evaluación de las competencias básicas y las nuevas pruebas diagnósticas. Esta polémica decisión ha puesto de manifiesto la complejidad de la gestión educativa en Cataluña, generando un intenso debate sobre las políticas de evaluación y el impacto en el aprendizaje de los estudiantes.