El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una propuesta de ERC para otorgar subvenciones que amplíen la reutilización de aguas regeneradas del baño, conocidas como 'aguas grises', extendiéndolo más allá de las nuevas construcciones. Este paso busca enfrentar la emergencia declarada por la sequía en la región. El plan de ayudas priorizará a los alojamientos turísticos y aquellas instalaciones de elevado consumo de agua, como los centros deportivos municipales, según apunta el texto respaldado por diversas fuerzas políticas. Sin embargo, el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha descartado la contribución a los hoteles por el momento para la instalación de sistemas de reciclaje de aguas, expresando que el gobierno no está en condición de brindar apoyo al sector turístico.

El concejal Guille López de BComú cuestiona qué establecimientos deben ser priorizados en el plan de ayudas, planteando si deberían ser los pisos turísticos y los hoteles de lujo, y si es responsabilidad pública compensar el excesivo consumo de agua por parte de los hoteles. Mientras tanto, la representante republicana Eva Baró destaca que los turistas alojados en hoteles de Barcelona consumen cerca de un 50% más de agua que los residentes. Se estima que la reutilización de aguas grises en hoteles y equipamientos deportivos podría ahorrar hasta 1.000 millones de litros de agua al año.

Por otro lado, partidos como PP y Vox defienden la conexión del río Ebro para abastecer de agua a Barcelona, mientras que otras fuerzas políticas, incluido el gobierno del PSC, rechazan esta propuesta. Además, se prevé la celebración de consultas públicas para la elaboración de una ordenanza sobre aguas grises a finales de febrero, según ha manifestado el teniente de alcalde Jordi Valls.

Valls ha enfatizado que la sequía representa el principal desafío para la ciudad este año, instando a reducir el consumo tanto de residentes como de visitantes. Asimismo, se plantea la necesidad de nuevas fuentes de producción de agua, considerando la potabilización de aguas del río Besòs. A pesar de estas medidas, se reconoce que no serán suficientes, previendo un extenso debate y la adopción de medidas a lo largo del año para hacer frente a la sequía.