El conseller de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, David Mascort, ha anunciado la posibilidad de flexibilizar las restricciones impuestas a los agricultores y ganaderos debido a la sequía que afecta a Catalunya. Mascort asegura que se analizará cómo modular las limitaciones de riego en un 80% para la agricultura y el uso del agua en un 50% para la ganadería. Estas medidas forman parte del Plan Especial de Sequía, sobre el cual los sindicatos agrarios han presentado reclamaciones en el Parlament. Tras la reunión entre la mesa agraria y el ejecutivo catalán, Mascort ha confirmado que se estudiará la propuesta formal presentada por los agricultores para su posible implementación.

Mascort destaca que se considera la posibilidad de suavizar diversas restricciones del plan, al tiempo que se reconoce que la restricción del 50% de consumo de agua para ganadería no se está aplicando estrictamente. En este sentido, el conseller ha subrayado la necesidad de estudiar otras medidas propuestas por el sector agrario para su posible inclusión en el plan de sequía actual. Además, se enfatiza la intención de simplificar la burocracia para los agricultores, con la creación de una ventanilla única que agilice los trámites.

Por otro lado, Mascort reconoce el malestar del sector debido al exceso de burocracia y se compromete a agilizar los procesos en beneficio de los agricultores. Se resalta la importancia de las recientes ayudas acordadas para los agricultores de aceituna. Asimismo, el conseller hace hincapié en el planteamiento de cambios en la ley de la cadena alimentaria, tanto a nivel estatal como europeo, atendiendo a las demandas del sector.

En relación a la crisis hídrica, Mascort actualiza el escenario vigente, indicando que la mayor parte de la población de las cuencas internas se encuentra en fase de emergencia por sequía. A pesar de las precipitaciones recientes, se advierte que no serán suficientes para aliviar la situación actual. Se destaca la necesidad de prolongar el abastecimiento de agua y se señala la importancia de infraestructuras antisequía, como desalinizadoras y potabilizadoras, que permitirían reducir la dependencia de los embalses.